El té negro es uno de los principales tés que se consumen en el mundo. Se obtiene del arbusto Camellia Sinensis, originario de Asia, del cual también se obtienen el té verde y el té rojo (la diferencia se encuentra en la forma de tratar las hojas). Este es un té muy aromático y de sabor fuerte puesto que sus hojas se han dejado oxidar después de ser cosechadas, haciendo que pierdan su color verde original y que adopten un tono marrón oscuro, potenciando sus aromas. Esta oxidación hace que se libere gran cantidad de teína al realizar la infusión.
Entre sus principales componentes destacan antioxidantes, taninos, teína y minerales como magnesio, calcio, fósforo y zinc.
Entre sus propiedades destacan la de proteger el sistema cardiovascular. También es útil en caso de diarreas dada la gran cantidad de taninos que contiene. Por su acción diurética y depurativa es muy utilizado para combatir la retención de líquidos. Además también ejerce una ligera acción saciante, lo cual lo hace una opción atractiva en dietas de pérdida de peso.
Hay numerosas variedades de té negro. Entre ellas cabe destacar el té Darjeeling (India), el té Ceylon (Sri Lanka), el té Assam (India) y el té Rize (Turquía). También se pueden encontrar muchas mezclas de té negro, como por ejemplo Early Grey (con bergamota) o English Breakfast (para añadir leche o azúcar).
Preparación del té negro
Cantidad: una cucharada de postre por taza
Tiempo de infusión: entre 4 y 5 minutos para té negro común, 3 minutos para Darjeeling y Broken
Temperatura del agua: 95º
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