ROSQUILLAS DE ANÍS

Estas rosquillas aromatizadas con anís son muy esponjosas, y a pesar de ser rosquillas fritas no resultan nada grasientas.

Hay que procurar añadir el harina que los líquidos admitan para que al freír no queden demasiado duras.

También hay que respetar el tiempo de reposo de la masa antes de formar las rosquillas.

El aceite para freir ha de ser abundante pero no excesivamente caliente para que las rosquillas se doren y no queden crudas por dentro.

 

Recién hechas están deliciosas, pero aguantan muy bien bastantes días. 

Rosquillas de anís
30 unidades    /    Preparación:  30 minutos + 1 hora de reposo

Ingredientes:
· 3 huevos.
· 150 gr. de azúcar.
· 2 cucharadas soperas de azúcar invertido (o miel).
· Ralladura de limón.
· 100 ml. de aceite de girasol

· 100 ml. de licor de anís
. Harina la que admita
· 1 sobre de levadura de repostería (unos 15 gr.). 

· Azúcar y canela para espolvorear.

Se baten los huevos junto con el azúcar en grano. Se agregan la ralladura, el azúcar invertido, el aceite y el licor de anís. Se tamiza un poco de harina junto a la levadura y se añade a la mezcla.  Se va añadiendo poco a poco el harina que admita hasta que la masa quede blanda pero consistente y no se pegue a los dedos.  Se deja reposar la masa una hora.

Para formar las rosquillas se toma una porción de masa del tamaño de una nuez grande y se da forma de bola.  Se aplasta un poco y se introduce el dedo en el centro para formar el agujero, estirando un poco hacia el exterior.  Una vez formadas todas las rosquillas se fríen en aceite abundante pero no excesivamente caliente.  Se dan la vuelta para dorar por ambos lados y al sacar se van poniendo sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.  Para finalizar se espolvorean con una mezcla de canela y azúcar.